Exploran por primera vez, el mundo subterráneo de la mítica Ciudad de los Brujos del Agua.
En la segunda fase del proyecto Gran Acuífero Maya, investigadores del INAH, National Geographic y universidades de México y USA exploran Chichén Itzá, una de las zonas arqueológicas más importantes del mundo.

El proyecto del Gran Acuífero Maya (GAM) inicia un ambicioso estudio de la hidrogeología del sitio arqueológico de Chichén Itzá y sus alrededores, con el objetivo de tener un mayor entendimiento de las condiciones culturales y climáticas que prevalecieron en la antigüedad y que dieron formación a la majestuosa ciudad maya. Al mismo tiempo, este equipo multidisciplinario está diseñando estrategias para asegurar una mejor preservación de los monumentos arqueológicos del sitio. Una comprensión más clara de la geología del Área, ayudará a proteger las estructuras antiguas, uno de los principales objetivos del INAH en el manejo de la zona arqueológica. Un resultado importante de este trabajo será un mapa digital del área con un extraordinario nivel de detalle.
“Estamos seguros de que ha faltado un componente en este sitio: estudiar el lado oscuro del universo maya y que resulta primordial en la cosmovisión de esta ancestral cultura, ya que siendo ésta una zona fundamental de la geografía sagrada, creemos que aportará muchos datos a nuestra investigación”, refiere el arqueólogo subacuático Guillermo de Anda, investigador adscrito a la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH.

De Anda, precursor de la arqueología subacuática en cenotes, analizó una muestra esquelética recuperada del Cenote Sagrado de Chichén Itzá durante los proyectos dirigidos por William Folan y Román Piña Chán en los años sesenta. Con este Estudio realizado entre 2003 y 2006, Guillermo De Anda llegó a la conclusión de que estos huesos presentaban señales de una amplia gama de actos de violencia infligidos alrededor del momento de la muerte y de manipulación póstuma del cuerpo.

Con el apoyo de un equipo de expertos en arqueología, tecnología y exploración, Guillermo de Anda regresa a estudiar el Cenote Sagrado, considerado el cenote más importante en el Área maya; aunque estudios recientes han demostrado que existen otros cenotes en la península de Yucatán de gran importancia, tal es el caso del Cenote Holtún que se encuentra al oeste del Castillo de Kukulkán, y que contiene una de las ofrendas mayas inundadas mejor preservadas.

La metodología de investigación se basa en la localización de cuevas utilizando tecnología de vanguardia especialmente diseñada por Erick Berkenpass y Alan Turchik, ingenieros del laboratorio de tecnología de National Geographic Society, como parte del proyecto de preservación digital liderado por Corey Jaskolski, explorador de National Geographic. La principal característica de esta metodología es que utiliza técnicas no intrusivas in situ, lo cual es un gran avance para la arqueología. El proyecto hará también estudios arqueológicos tradicionales, como la prospección de campo, y estudios etnográficos y etnohistóricos.



Un equipo de cartógrafos subacuáticos mapeará los sistemas de cueva subterráneos que forman el acuífero en esta área, lo anterior con el objetivo de analizar la relación entre el asentamiento superficial de Chichén Itzá y el agua subterránea.
El Explorador de National Geographic, Guillermo de Anda y el Dr. James Brady, investigador de la Universidad de California, consideran que cuevas y cenotes forman parte fundamental de la geografía sagrada de Chichén Itzá, es decir, cuevas y cenotes fueron fundamentales en la elección del área y en la construcción y disposición de los patrones de asentamiento de la ciudad maya. Por lo que en este proyecto, se pretende revisar los sistemas de cueva que pudieron haber servido como indicadores para erigir monumentos, de los cuales existen ya ejemplos claros tales como el edificio EL Osario o las claras relaciones templo-cenote, documentadas en los cenotes Holtún, Xtolok y Xcanyuyum.
Además, el proyecto GAM, a través de su analista fisicoquímico y de biodiversidad, el biólogo Arturo Bayona Miramontes, prioriza también el estudio químico y la sustentabilidad en las aguas subterráneas de Chichén Itzá.

Entre junio y julio, Bayona tomó muestras de agua y a través del análisis de once reactivos químicos (temperatura, turbidez, pH, nitratos, nitritos, fosfatos, amonio, cloruros, dureza total, detergentes y coliformes) de los cenotes Sagrado y Xtoloc, concluyó que ambos presentan condiciones adecuadas de manejo, incluso con el alto flujo turístico de la zona arqueológica.

Al ser parte de la investigación multidicisplinaria del Gran Acuífero Maya, en las siguientes fases de este proyecto estarán colaborando investigadores mexicanos y extranjeros de diversas disciplinas, como el ingeniero e innovador tecnológico Corey Jaskolski, egresado del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts); el Dr. James Brady, de la Universidad de California, fundador de la disciplina de la arqueología en cuevas mayas; el arqueólogo subacuático especialista en cenotes, Dante García; el biólogo Arturo Bayona, respetado investigador de la zona maya de Quintana Roo; Robert Schmittner, explorador de cuevas inundadas con más de 20 años de experiencia; el cartógrafo de cuevas y cenotes Bil Phillips, así como estudiantes de posgrado de la Universidad Estatal de California en Los Angeles y la UNAM, entre otros.

El Proyecto Gran Acuífero Maya es una investigación impulsada por el INAH a través de la Coordinación Nacional de Arqueología, dirigida por el Dr. Pedro Sánchez Nava. Por su parte, el antropólogo Eduardo López Calzada, Delegado del Centro INAH Yucatán, así como el arqueólogo Marco Antonio Santos, Director de la zona arqueológica de Chichen Itzá, preocupados e interesados por el desarrollo de la investigación científica del sitio, han apoyado esta iniciativa; la cual fue aprobada por el Consejo Nacional de Arqueología en 2016, bajo el título “En Busca de las Fuentes de Agua Ancestrales” y que representa la parte arqueológica de proyecto multidisciplinario Gran Acuífero Maya.